Italiano, nacido en 1550, siguió el camino de su padre militar y peleó en varias batallas. Luego de ser herido, terminó trabajando como enfermero. En aquel tiempo, adquirió el vicio del juego y perdió todos sus bienes. Sumergido en la miseria, consiguió trabajo en la construcción de un convento capuchino. Mientras trabajaba, comenzó a escuchar prédicas que lo llevaron a una profunda conversión.
Dirigido espiritualmente por San Felipe Neri, estudió Teología y fue ordenado sacerdote. Consideró que los hospitales eran incapaces de atender bien a los enfermos que llegaban. Entonces decidió fundar una comunidad de religiosos que se dedicaran por completo a los hospitales.
San Camilo trataba a cada enfermo como trataría a Nuestro Señor Jesucristo en persona. Hizo un voto muy especial, que decía: “Servir a los enfermos, aun a los contagiosos, a costa de la vida”.
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