Reflexiones del Dr. Matías Najún en el marco del Día Mundial del Hospice y los Cuidados Paliativos.
Este 10 de octubre se conmemora una vez más el Día Mundial del Hospice y los Cuidados Paliativos. Nuestro fundador y presidente analiza la importancia de este cuidado en el contexto actual de la pandemia y qué tan desarrollada se encuentra esta disciplina hoy en nuestro país.
“Los cuidados paliativos son esenciales para cualquier sociedad”, comienza diciendo Matías con determinación. “De alguna forma, la sociedad se define por la manera en que cuida a quienes nacen y a quienes se van de la vida”.
Argentina no es ajena a esta situación y a ese dolor. En efecto, el dolor físico es uno de los tantos dolores que una persona de nuestro país puede sufrir. “Los cuidados paliativos, de manera especial en nuestro país, donde la realidad social hace que haya mucha gente en situación de vulnerabilidad con sufrimientos asociados a múltiples causas, muestra que la posibilidad de sufrimiento es alta y frecuente. Por lo tanto, los cuidados paliativos son la posibilidad de alivio, acompañamiento, contención, apoyo para el paciente y la familia, a quienes seguramente la enfermedad haga todo más difícil.”
“Por eso nos proponemos cuidar al paciente y a los suyos de manera holística, contemplando todas sus dimensiones: la espiritual, física, emocional, psicológica y afectiva”, agregó.
En tiempos de COVID-19, la incertidumbre, las situaciones no esperadas, la desinformación y la pérdida de un ser querido son moneda corriente. Seguramente, todos hayamos sufrido las consecuencias de la pandemia, sea por complicaciones físicas o emocionales, nuestras o de alguien a quien conozcamos. Quienes trabajamos diariamente en el ámbito de los cuidados paliativos estamos acostumbrados a encontrarnos en contextos de sufrimiento. Precisamente, fue y es allí en donde volcamos todo nuestro conocimiento y nuestra experiencia, para tratar de ayudar con todos los recursos a esta situación tan especial.
“El modelo con el que habitualmente acompañamos a las personas y a su familia se volvió necesario también en muchos otros ámbitos de la medicina.”
El Hospice Buen Samaritano se adaptó y reinventó ante la situación de pandemia, saliendo a brindar cuidado a domicilio, reorganizando la forma de trabajar, de cuidar, de llegar. Un enorme equipo de voluntariado gestionó y aun gestiona, semana a semana, necesidades materiales como insumos, medicamentos, comida o elementos de higiene básicos para que las personas sufrientes y sus familias puedan permanecer en sus hogares. Pero no solo eso, sino que, además, tomaron bajo su cuidado las necesidades espirituales de los pacientes y sus seres queridos, acompañándolos a través de llamados telefónicos regularmente y con sus oraciones.
“Aun mucha gente en nuestro país no tiene acceso a los cuidados paliativos porque carecemos de políticas nacionales que desarrollen este tipo de acompañamiento. Esta pandemia, creo yo, posicionará a los cuidados paliativos un peldaño más arriba, porque la manera de trabajar, comunicar y acompañar en situaciones complejas ha permitido a los cuidados paliativos mostrar la importancia, los beneficios y la eficiencia de cuidar de esta manera”, remarcó Matías.
El Cuidado Hospice ha crecido mucho en estos últimos 10 años. Primero, porque han ido surgiendo iniciativas en distintas provincias. Segundo, porque año a año se ha logrado sostener el Encuentro Anual de los distintos hospices de nuestro país, adonde intercambiamos experiencias y crecemos todos. Y, en tercer lugar, porque se ha integrado el Movimiento Hospice Argentina al trabajo que también se realiza desde la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos, integración que se dio de manera natural y desde la práctica, compartiendo espacios de formación y en el campo de acción.
Con motivo al 10 de octubre, cuando conmemoraremos el Día Mundial del Hospice y los Cuidados Paliativos, Matías subrayó que este día “es una oportunidad para volver a hacer visible el derecho que las personas tienen a ser cuidadas y acompañadas en momentos de enfermedades avanzadas. A su vez, queremos transmitir que este cuidado tiene que insertarse más y más en las instituciones de salud de nuestro país, al mismo tiempo que se visibilizan no solo los profesionales a cargo de cuidar desde el punto de vista médico, sino también los voluntarios que día a día ponen su tiempo, talentos y corazón para que nadie esté solo ni sufra al final de la vida. Un Día Mundial siempre es una oportunidad para que más gente sepa que esto existe y que es su derecho recibirlo.
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