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El acompañamiento espiritual desde Pastoral, clave en este contexto

Actualizado: 28 sept 2020

“En el final de la vida, se necesita más que buena medicina”, suele decir Matías Najún, presidente y fundador de nuestro Hospice.


En ese sentido, y superando las barreras de la distancia que impone esta pandemia, se vuelve fundamental el acompañamiento telefónico que brindan los voluntarios con la coordinación del equipo de Pastoral.


Dolores Barbe, co-coordinadora del área, explica que “con la escucha, la empatía y la presencia, aunque esta no sea directa, sino a través de un llamado por las circunstancias que estamos viviendo, somos testigos del Espíritu del Buen Samaritano, que con actitud compasiva acompaña y alivia, y se transforma en presencia sanadora para quienes sufren”.

Además, en estos tiempos se han sumado más “amigos espirituales”, que son miembros de la comunidad que se ofrecen para rezar diariamente por alguna persona en particular que estamos acompañando.


Poli Menéndez, co-coordinadora del área, cuenta que, además del seguimiento telefónico que se brinda en estos meses, “acompañamos a la comunidad, voluntarios y huéspedes, en los diferentes tiempos litúrgicos y con el rezo del Santo Rosario todos los viernes a las 17”.

“Contamos con el apoyo de las hermanas de la Sociedad de María y los sacerdotes de la Sociedad San Juan. Gracias a ese vínculo constante, pudimos acercarles a los distintos huéspedes los diferentes sacramentos, según la situación particular de cada uno”, agrega Poli.


Dolores y Poli, voluntarias en el Hospice, en una foto durante la Celebración de la Luz 2019
Dolores y Poli, co-coordinadoras del Área de Pastoral

En el Hospice, nos inspira Jesús, verdadero médico de cuerpo y de alma, que hoy sigue obrando en los corazones. “Este tiempo especial”, continúa Dolo, “nos confirma una vez más en que somos una comunidad comprometida en el testimonio de la Fe y sensibilizada para trabajar juntos y llevar el evangelio a quienes sufren”.


“En el final de la vida, muchas veces se da una apertura a lo trascendental, buscando encontrarle sentido a lo que están viviendo, a la situación que les toca atravesar”, comenta Poli, haciendo referencia al impacto que tiene el acompañamiento espiritual en la realidad de quienes sufren. “Por eso valoran la cercanía pastoral, los encuentros de oración y la presencia sacerdotal con la gracia de los sacramentos”.


Más de dos docenas de voluntarios del Hospice rezan el rosario todos los viernes
Rezo del Santo Rosario por Zoom


Muchas veces, las personas con las que entramos en contacto se sienten solas y desamparadas, por eso “necesitan ser escuchadas, saber que no están solas, sino que Él está en este momento con ellos, volver a experimentar proximidad y confianza en Dios”, concluye Dolores.

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